A veces, los cambios más sutiles hacen la mayor diferencia. Cambiar tu funda de almohada o usar una gorra de seda por las noches puede parecer insignificante… hasta que tu cabello lo agradece. La seda, ese tejido ligero y suave que por siglos ha simbolizado el lujo, también es un poderoso aliado en el cuidado capilar.
Y no, no se trata solo de estética, sino de salud capilar real.
Durante la noche, sin darnos cuenta, nos movemos, giramos y presionamos la cabeza contra la almohada. Si duermes sobre tejidos ásperos como el algodón tradicional o telas sintéticas, se genera fricción. ¿El resultado? Frizz, puntas abiertas, nudos, pérdida de hidratación y hasta quiebre.
La seda, en cambio, reduce hasta un 43% la fricción comparada con otras telas, permitiendo que el cabello descanse sin estrés.